¿Puede el huevo proteger el corazón?

lunes, 28 de septiembre de 2020 · 11:52

Aunque el huevo es una fuente de proteínas interesante, su alto contenido en colesterol (fundamentalmente en la yema) ha hecho que durante algunas décadas se desaconsejara su consumo en las personas con riesgo cardiovascular y, muy especialmente, en aquellos con colesterol alto en sangre.

Sin embargo, un nuevo estudio internacional realizado por diez expertos de universidades de España, Italia, Polonia, Dinamarca, Holanda y Suiza trae buenas noticias para aquellos que se decantan por tomar “huevo ya sea frito, cocido o en tortilla. Se trata de una fuente de proteínas de alta calidad y de bajo precio que no aumenta el riesgo cardiovascular”, según ha explicado a CuídatePlus Miguel Ángel Martínez-González, investigador del Ciberobn de la Universidad de Navarra. 

La investigación, que ha revisado 39 estudios publicados sobre el huevo y su relación con la enfermedad cardiovascular hasta principios de 2020, concluye que no se encuentran riesgos para mantener un consumo habitual de hasta cuatro huevos a la semana. El metaanálisis sobre datos de 1,8 millones de participantes viene a resolver la polémica y absuelve al huevo de su hasta ahora mala fama sobre la salud cardíaca. 

De hecho, Martínez-González explica que, según los resultados del análisis, como parte de una dieta saludable, y en población sana, se puede ingerir de media un huevo diario sin que se asocie con mayor riesgo cardiovascular o con un aumento de la mortalidad. Eso sí, esta recomendación no es válida para las personas con diabetes, donde la prudencia y la ciencia señalan que “no se aconseja comer más de cuatro huevos a la semana ya que estos pacientes tienen características metabólicas diferentes”, debido sobre todo a la resistencia a la insulina y al déficit funcional de insulina. 

El huevo proporciona vitaminas y minerales muy interesantes para la nutrición, así como proteínas de alta calidad. “Se trata de una combinación nutricional óptima”, que además permite que se produzca el principio de sustitución. “Consumir la proteína del huevo no deja lugar a reemplazarlo por otros alimentos menos saludables y, por consiguiente, se ingiere una menor cantidad de carnes rojas o alimentos procesados”, que sí producen un efecto adverso sobre la salud. 

No obstante, según Martínez-González, la realidad es que el mensaje de limitar el consumo de huevos que comenzó a darse hace veinte años ha calado entre la población y se ha reemplazado su ingesta por alimentos procesados perjudiciales para la salud. 

¿Por qué el huevo tiene mala fama?

El huevo como alimento denostado por su alto contenido en colesterol obedece a un tiempo en el que en Nutrición se realizaba el análisis químico de los alimentos. Así, la yema de huevo salía vencedora en lo que a contenido de colesterol se refiere. Lo que viene a demostrar este estudio es que esa relación es plana y no se ve un aumento del riesgo cardiovascular al aumentar el consumo de huevos. 

“Lo que sí aumenta el colesterol en sangre es el consumo de grasas saturadas y grasas trans, presentes en la bollería industrial y en las chocolatinas. Y lo hace mucho más que consumir el colesterol del huevo porque se produce un paso metabólico en medio”. 

Huevos con panceta

El consumo de huevos sí parece tener impacto sobre el desarrollo de la insuficiencia cardiaca (un síndrome clínico en el que la función del corazón está alterada o el músculo cardíaco no es capaz de bombear suficiente sangre) aunque este efecto parece que sólo se produce en la población estadounidense analizada en los trabajos. 

Estefanía Toledo, otra de las autoras del estudio e investigadora del Ciberobn de la Universidad de Navarra, matiza que “se especula que la controversia que pudo producir en su día algún estudio realizado en Estados Unidos podría deberse a que el huevo se suele acompañar allí de otros alimentos menos saludables como el beicon, especialmente en el desayuno. No está claro que vaya a tener estos efectos adversos cuando se enmarca en un patrón de alimentación saludable como el patrón alimentario mediterráneo tradicional”. 

Es cierto que la definición del patrón mediterráneo como tal no incluye el consumo de huevos al no ser un alimento característico de la cuenca mediterránea, pero sí “pueden incluirse en la ingesta de proteínas permitida". Lo mismo ocurriría en el caso de las patatas, cuyo consumo tampoco es típico de la dieta mediterránea. 

Frito, cocido o en tortilla

La ciencia no ha analizado de forma empírica qué forma de cocinado del huevo es el mejor para la salud: si frito, cocido o en tortilla. “Sí hay estudios epidemiológicos que han concluido que un exceso de consumo de alimentos fritos pueden elevar los niveles de obesidad y de síndrome metabólico. Sin embargo, el estudio EPIC concluyó que no se observan efectos perjudiciales para la salud al utilizar el aceite de oliva virgen extra para freír. Así que hay que desterrar el mito de que no se pueden freír los huevos con aceite de oliva virgen extra". 

Eso sí, si lo que se quiere es perder peso lo mejor es optar por tomarlo cocido o en tortilla. 

 

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