Mascotas

Ola de calor: ¿cómo hago para refrescar a mi gato?

viernes, 26 de enero de 2024 · 20:00

Anque a los gatos les guste el sol, todo debe ser en su justa medida, ya que los felinos no dejan de ser más sensibles a la subida de temperaturas que las personas.

¿La razón?

A diferencia de nosotros, los gatos no poseen un sistema de regulación térmico que les permita transpirar como en nuestro caso. Esto quiere decir que un golpe de calor podría provocarles consecuencias graves o incluso letales. Para evitarlo, nada mejor que tener en cuenta estos consejos. 

Mejores trucos para refrescar a un gato

El agua limpia y fresca (incluso con hielos) no puede faltar

Uno de los trucos imprescindibles para mantener a nuestro gato hidratado y fresco es asegurarle un bebedero con agua limpia y fresca. Es importante que no te olvides de revisarlo de vez en cuando para que nunca se quede sin agua o incluso colocar varios bebederos por la casa, para que pueda beber agua cuando lo necesite. También puedes añadir algún hielo para refrescar un poco más el agua, aunque siempre con moderación.

Toalla mojada y fresca

Ya que la mayoría de gatos odian mojarse, una buena táctica para mantenerlos frescos es mojar su pelo, pero no directamente con agua sino con toallas húmedas. Prueba a empapar una toalla con agua fría y pásasela por la cabeza y por el resto del cuerpo, sobre todo por las patitas, las axilas, la panza y debajo de la barbilla. Estas son zonas en las que es más fácil bajar su temperatura corporal, provocando así un agradable efecto refrescante.

Juguetes de hielos

El hielo puede ser otro de nuestros grandes aliados para refrescar a nuestro felino de los días de calor extremo. Puedes probar a dárselos directamente para que se refresque con ellos y los vea como un juguete con el que entretenerse.

Asegúrale rincones frescos y con sombra en casa

Además del agua limpia y fresca, otro punto importante es que nuestro gato cuente con lugares de sombra en casa. Si no es así, asegúrate de bajar las persianas o echar las cortinas para que no entre el sol directo a casa y tu gato pueda contar con sitios de sombra en los que refugiarse del calor y mantenerse fresco.

Cepillado imprescindible

Otra buena forma de ayudarle a combatir las altas temperaturas, es cepillándolo a menudo o incluso cepillándolo y empapando antes el cepillo en agua, para además humedecer el pelaje. Esto ayudará a tu gato a librarse del pelaje de invierno y refrescarse.

Ventilador o aire acondicionado

Procúrale un lugar de descanso en el que corra el aire colocando otra camita o su caja cerca del ventilador o del aire acondicionado.

Moja las almohadillas

Las glándulas sudoríparas de los gatos se encuentran en zonas muy concretas, como las almohadillas de sus patas. Así que un buen truco para refrescarle en verano, es mojar sus almohadillas o sus patas con agua fresca.

Refugio refrescante

Además de procurar las zonas de sombra y una zona de descanso cerca del aire acondicionado o del ventilador en casa, otro buen truco para que pueda cobijarse del calor en esta época del año, es preparar una caja de cartón cubierta con una toalla húmeda. En su interior puedes aprovechar para dejar un calcetín con varios hielos en su interior, creando así un perfecto oasis.

Pileta de plástico

Si cuentas con una terraza o jardín, no dudes en comprar una pequeña pileta de plástico como la de los bebés. Llénala con un poco de agua fresca, pero nunca con demasiada agua, ya que nuestro gato tiene que poder hacer pie en la piscina y encontrarse cómodo y seguro en ella.

¿Por qué tienen más riesgo de un golpe de calor los gatos que las personas?

Hay que tener en cuenta que un gato no puede transpirar como lo hacemos las personas, únicamente son capaces de segregar sudor por sus almohadillas y sólo se refrescarán lamiéndose o jadeando. Una situación de golpe de calor en un felino puede llegar a provocar grandes dificultades para regular el calor corporal si se encuentra deshidratado o con temperaturas muy altas.

Aún así, ningún felino está exento de peligro en verano, sobre todo en el caso de los gatos cachorros, ancianos, gatos con sobrepeso, con enfermedades cardiacas o pulmonares, los cuales tienen aún más riesgo de sufrirlo. 

Los síntomas más comunes de un golpe de calor en gatos son:

  • Aumento de la temperatura
  • Excitación nerviosa
  • Jadeos
  • Salivación excesiva 
  • Temblor
  • Tambaleo
  • Vómitos
  • Cambio de la colaración de las encías a un tono más oscuro
  • Desmayo

Ante cualquiera de estos síntomas, no dudes en llevar a tu gato cuanto antes al veterinario, para evitar otras consecuencias más graves.

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